La prótesis dental removible, también conocida como dentadura postiza, es un sistema que reemplaza los dientes que faltan y las estructuras óseas que se reabsorben con el paso de los años tras la pérdida de los dientes naturales. A través de estos aparatos sustitutivos, se puede volver a hacer una vida ordinaria, facilitando la deglución y el habla, así como una sonrisa normal.  

No son, por tanto, sólo un ingenio tecnológico primitivo. En buenas condiciones (obviamente, no todas las prótesis cuentan con la misma calidad), pueden ser una solución efectiva, económica y digna. Además, algunos pacientes de avanzada edad tienen contraindicaciones de salud que les impide pasar por quirófano para solucionar sus problemas de otra manera.

Cuando el paciente se haya acostumbrado a la prótesis, la sentirá como su propia dentadura. Ahora bien, para llegar a este punto es necesario realizar un proceso de adaptación. Hablamos de todo un procedimiento educativo que trata de conducir al paciente a un cuidado minucioso y una concienciación absoluta.

Problemas habituales con la prótesis dental

No es del todo infrecuente contraer una estomatitis subprotésica durante el proceso de instalación de una prótesis dental. Igualmente, las lesiones en la mucosa (por ejemplo, las ulceraciones) como resultado de un mal acomodamiento son típicas en estos casos. ¿Las consecuencias? Dolor y molestia, sobre todo al comer.

La dentadura postiza no tiene, como es lógico, la misma fuerza que una real. Eso hace que los pacientes se quejen a veces de la falta de solidez de su mordida. Para aliviar esa molestia, lo mejor es usar un adhesivo fijador. Este elemento facilita una mordida más vigorosa, sin miedos. Y sin complejos, que es lo más importante. Da mayor equilibrio a la prótesis dental, incrementando su retención y potencia. Lo hace dando lugar a un sellado entre la prótesis y la encía.

Por otro lado, si  no se lleva una higiene adecuada, o si la dentadura está mal colocada, a veces hay problemas de halitosis. El motivo es bien sencillo. Al no estar bien fijada, los restos de comida penetran entre las encías.

Por último, pero no menos importante, algunos pacientes demuestran serios problemas de autoconfianza y seguridad psicológica al llevar prótesis dental. Afecta especialmente cuanto más joven sea el sujeto. Cuando esto ocurra, será necesario actuar con delicadeza, empatía y sensibilidad.

Higiene de la prótesis dental

Hay diversos condicionantes que pueden influir en el estado de una prótesis dental una vez instalada. Uno de los más importantes es su limpieza. Si no se instruye al paciente con una educación específica sobre cómo cuidar la dentadura, acabará deteriorándola por mal uso. Una higiene deficiente deviene en sarro, mal aliento y ulceraciones. He aquí algunas de las acciones que resultan más imprescindibles en el mantenimiento de este dispositivo:

  • Limpieza y masajes. Es preciso lavar y masajear la mucosa que la prótesis cubre por lo menos dos veces al día. El instrumento más adecuado para realizar esta práctica es un cepillo con filamentos finos para cuidar el borde edéntulo. Las dentaduras postizas atraen la placa por sus extremos. En consecuencia, resulta recomendable poner ahínco en esa zona concreta.
  • Comprimidos limpiadores. Estos complementos quitan la placa. Deben usarse cada día. Ayudan a mantener las bacterias y los hongos alejados de la prótesis. La consecuencia es que sacan brillo a la dentadura postiza sin erosionarla. Las manchas procedentes del consumo de tabaco o té también se van gracias a ellos.
  • Limpiador lingual. Indispensable utilizarlo para no llevar bacteria de la lengua a la dentadura.
  • Descanso nocturno. Por las noches, lo mejor es no usarla y dejarla en agua.

Si tienes cualquier problema con tu prótesis dental, no dudes en consultar a los mejores especialistas. En Clínica DEA podemos ayudarte. ¿Hablamos?